A MI MADRE
Aunque biológicamente ya no está aquí, aunque físicamente ya no está aquí
Aunque sea demasiado tarde para ella. . . y para mí
Este es un pequeño homenaje a:GRACIELA MARGARITA DÍAZ LÓPEZ DE PACHAS
Mi madre, que también “Vale un Perú”: Por quien hice tan poco y tanto me dio
Cuando revisamos la historia de la humanidad, y hablo de la humanidad no del hombre; hagamos la distinción:
-una cosa es la historia y la evolución del hombre
-otra cosa es la historia y la evolución de la humanidad
En el primer caso, nos referimos al ser físico, químico y biológicamente, individuo y hasta individuo-especie, donde se estudia desde todas las ciencias involucradas: su ontología, su filogenia, su genética, su anatomía, su fisiología y. . . en la cola hay muchas otras ciencias esperando.
En el segundo caso nos referimos al espíritu de ser persona, formando parte de un equipo de individuos que elevándose de su origen animal, con quienes comparte todavía muchas características, empieza a diferenciarse de ellos, por la aparición de la conciencia, por un elevado raciocinio, por saberse parte de una hermandad social, con la cual le unen (y comparte) deberes, valores, proyectos, solidaridades. . .
Creo que esa humanidad va a trascender a la especie homo. Si es correcta, hasta ahora lo es, la teoría de la evolución, en sus fundamentos básicos, nuestra especie, siguiendo la lógica evolutiva, será reemplazada por otra superior, más alejada de su origen animal; pero la humanidad, seguro con otras definiciones, seguirá evolucionando con ellos.
Es decir la humanidad se manifiesta plenamente en el hombre y va evolucionando con él. Punto aparte: por eso se habla en la vida cotidiana que hay personas más humanas y otras menos humana.
Pero démonos cuenta que hay indicios muy rudimentarios, aunque a veces parece no tanto, en nuestros primos filogenéticos los otros primates y en algunos mamíferos; si somos acuciosos en nuestras observaciones, podríamos agregar a las aves y. . . sigamos investigando y abundaremos en ejemplos, como el que aquí les doy:
-“¿No han visto en alguna noticia de la TV, imágenes de cuando un perro arrastra a otro perro herido por atropello, que está en una carretera y él lo jala para sacarlo del peligro? Aun arriesgando su vida, porque seguían pasando los carros” “Eso es un acto humano”; algunos chistosos dirán, encogidos de hombros ¿perros humanos?
Diríamos nosotros: ¿Instinto animal? ¿Instinto de supervivencia? Noooo, ya no; ellos, los instintos, son solo individuales.
Cuando aparecen las jerarquías en las especies sociales, esos instintos también evolucionan (la humanidad está relacionada con la socialización, tiene su base y se nutre en la socialización, en ella se desarrolla. No puede haber evolución de la humanidad si no hay vida en sociedad, porque el acto humano es hacia el otro) y superan al individuo para servir al grupo, es el germen rudimentario de la humanidad, carácter que también evolucionó. Ningún comportamiento aparece acabado, se va puliendo y alcanza su máxima manifestación en la especie que lo utiliza adecuadamente para sobrevivir en su entorno.
Claro, para despejar las dudas, esto es diferente a entrenar a un animal para que haga una gracia o ayude a una persona o actúe en una película, para el animal esto no tiene sentido, para el hombre sí.
Esto es diferente al hecho, cuando un ave empolla el huevo de otra especie, cuando una chancha amamanta un gatito.
Hemos hecho está introducción algo sesuda, y tal vez polémica, porque corresponde al siguiente considerando y sirve de marco teórico para comprender lo que exponemos a continuación.
Todos los individuos manifiestan los diversos comportamientos, derivados de la variabilidad genética que la especie posee, en el caso del hombre, quienes en su mayoría poseen los mejores atributos evolutivos de la humanidad son: LAS MADRES
¿Quiénes? Si no ellas demuestran mejor la humanidad del hombre, claro hay excepciones (pero de ello no quiero hablar)
Altruistas comportamientos, sacrificios, entrega, exposición al peligro cuando de defender a sus hijos se trata, renuncia a su propia vida, por la mejora de la vida de su familia, humildad excesiva, es capaz de soportar la humillación de sus malos hijos y del mundo, con tal de no causar daño a sus seres queridos, dejar de comer un pan para dárselo a sus hijos y alegrarse con las migajas de cariño que cada hijo le regala escasamente. No exigir nada para ella y todo para la familia. Reconocer en el hijo, aunque sea el peor delincuente, alguna virtud que el mundo no ve. Y perdonar, perdonar a todos, sin tener rencores para nadie.
Es lo que yo nunca comprendí
¿Por qué son así las madres?
Y hoy con mi propia argumentación, creo, soy el primero en convencerme; es que ellas son los seres humanos, en los cuales se ha desarrollado y plasmado mejor, el rasgo de la HUMANIDAD.
Mira, madre, cuando me vengo a dar cuenta.
Ella me decía, tal vez porque también lo aprendió así: “Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde”. Qué triste y dura verdad. Tuvo que fallecer mi madre para darme cuenta de ello, hace ya tres años y parece que fuera recién: “Cómo duele, madre, tu ausencia”
“COMO DUELE, MADRE, TU AUSENCIA”
A pesar de tu pobreza, a pesar de tus limitaciones,
te contentaste con vivir con tan poco
y diste tanto a todos, que aun se te necesita.
Cómo duele, madre, tu ausencia.
Para corresponder a tu entrega, a tu amor
para darte lo que nunca tuve tiempo de darte,
para eso, ahora, quería que estés,
por eso es que: me duele tanto tu ausencia.
Sola, en el último momento de tu halo de vida,
tal vez me llamaste y tu voz no oí.
Hoy llevo en mi ser tu esencia
y mi alma y mi corazón claman:
Como duele, madre, tu ausencia.
Mi madre, fue una persona introvertida, aun en su juventud; dice mi padre: “fue difícil caerle”
De carácter fuerte para poder educar y disciplinar a sus 6 hijos varones, buscando que darle sus estudios, su profesión, su vestimenta y que nunca les faltara el alimento o como ella decía: “el vitute”
Ya de casada, en un entorno criollo y bohemio, de serenatas en los diversos cumpleaños familiares, mi padre tocaba guitarra, un tío cantaba, iban y venían los valses, la alegría y las chelas; su carácter se fue suavizando, reía más y hasta se volvió muy bromista. Donde iba caía bien, se le hacían amigas las madres de otros alumnos y todo era bromas y risas; las enfermeras y médicos de las clínicas y hospitales, donde a veces había que ir por cosa de enfermedades, terminaban tratándola con cariño; aun cuando se encontrara muy mal de salud bromeaba con el médico, que este le decía: “Ud. está mejor de salud que yo, señora” y ella le respondía: “o sea que voy a morir sanita, doctor”. . . terminaban los dos riéndose.
A mi padre, junto con su hermana, le hacían siempre bromas, como aquel día que mi padre pasa por la cocina y mi tía le da una cucharada de arroz, para que probara si ya estaba cocido… él lo come y termina diciendo una lisura y corriendo a tomar agua, ellas riéndose, es que debajo del arroz le habían puesto una porción de rocoto. ¡plop!
¡Tiene tantas anécdotas! Así era mi madre. Vivió 87 años, falleció una mañana, entre las 10 y 11, su vida se apagó mansamente, como una dulce y tierna paloma que se va quedando dormidita, hasta que ya no se movió.
Decía, tengo miedo de ahogarme y que Uds. no se den cuenta.
. . . Y así pasó.
VERSOS PARA MI MADRE
Despedida
I
Tanto diste a mi vida y no lo valoré,
estúpido creía que no me necesitabas tanto
y hoy vago llevando dentro mucho llanto
porque no te quise como tú lo merecías,recién lo sé
II
No tendré paz por haberte abandonado,
porque no estuve allí, si tú en mi confiabas;
seguro llamaste en tu agonía y yo no estaba,
debo pagar mi yerro y vivir atormentado.
III
No quiero compasión, no quiero comprensión,
son paliativos y no merezco nada,
que quien a su madre deja abandonada,
no merece nada y de nadie el perdón.
IV
Cuanto silencio derrama la distancia,
en el filo agonizante de la vida,
desgarra por dentro hasta la enjundia del alma,
con su potente silencio de aguda campana:
Fue mi culpa, fue mi culpa, fue mi culpa.
V
El cuerpo desvalido en impotencia humana,
su dolor en el rostro, la mirada ya cerrada,
encerrado en mis demonios, la voluntad crispada:
No hice nada, no hice nada. . . no hice nada.
VI
Tres días de agonía en que el mundo me gritaba,
poner ya el remedio, para evitar lo que rondaba,
tres días que yo tengo muy dentro en mis entrañas,
goteando hiel amarga sobre la piedra de mi alma:
Fue mi culpa, fue mi culpa, fue mi culpa.
VII
Cuando el agua dijo calmémosle la sed,
yo no quise, yo no quise. . . yo no quise.
Cuando el viento quiso llevarse en la brisa su dolor,
yo no lo dejé, yo no lo dejé. . . yo no lo dejé.
Y ahora lloro estúpido implorando a todos, comprensión,
soy el peor, soy el peor. . . soy el peor.
VIII
Y ahora con flores quiero cubrir,
lo que se pudre sin remedio, fatal,
ni aun sus perfumes van a redimir,
el mal que te hice en la hora crucial:
No estuve allí, no estuve allí. . . yo no estuve allí.
Padres
A vosotros que cogisteis mi esperanza,
a vosotros que plasmasteis mi ser,
a vosotros que tenéis mi sutil fragancia,
a vosotros que impedisteis mi torcer.
Tu aliento padre mío, cuajó en su vientre;
tu amor madre mía, prendió en su fe.
Mi gris pensante se irguió y por siempre,
fruto agradecido mi existencia es.
Agua diáfana tornada en fuente,
valle alegre que aplaca mi sed,
Padre y madre coronan mi frente,
con al tiempo avanza mi querer.
Árbol frondoso que extendió sus ramas,
vaivén de mares que alcanzó su piel,
divina cripsis de pasión humana,
amor y fuego en néctar de miel.
Yo soy vuestro resumen,
yo soy vuestra amplitud,
yo en vosotros me encuentro
y en mí, vosotros se incluyen.
Dos antorchas que un día se apagan,
por mantener encendida la mía,
tenue seda que a vivir porfía,
alumbre de ahora, por siempre a los dos.
Madre, Madre, Madre
Aun siento, en el aire de tu sonrisa,
tu hermosa mirada, llena de amor.
Pero ella se me cruza con tus gestos de dolor
y tus quejidos me llegan, como un puñal, entre la brisa.
A mi madre
Árbol de la vida que deshojas,
en vaivén pretérito tus amores
y del fruto de tu vientre y dolores,
cultivas el progreso de la patria.
Tierra fértil que propagas,
en el seno de tus ansias, las semillas
y tu férrea voluntad humillas,
ante el hijo que idolatras.
Mujer que en luz tu cuerpo entrega,
vida palpitante de esperanzas,
recíbeme este humilde eco de alabanzas,
homenaje a tu grandiosa osadía.
Brota de mi henchido corazón,
una sola palabra que se agiganta:
Madre, madre, mi amor
Madre, madre santa.
Es mi homenaje el silencio de mi palabra,
cuando tu verbo incita enderezar mi camino;
el mayor homenaje es mi destino,
que al son de tu ley se labra.
¿Dónde estás cuando siento alegría?
¿Dónde estás cuando rompo en tristeza?
¿Y dónde cuando añoro caricias?
¿Y dónde cuando el sol no calienta?
… Si estás presente, viene tu aliento
y tu calor materno me agiganta,
si estás ausente tu recuerdo,
que de mi caída me levanta.
Por eso canto en mi suerte,
con mi corazón en la garganta,
una oración que me hace fuerte:
Madre, madre, madre santa.
Bodas de oro
Padre,
por una senda tus pasos buscaban,
el clavel que la vida para ti contenía,
los rudos caminos tus pasos seguían
y al final de la senda tu fe germinaba.
Madre,
tú fuiste en la vida, el clavel que esperaba,
entregar su perfume y su esencia lozana,
labrada al fragor de la vida pagana,
tan solo al amor del ser que te amaba.
. . .
Jugó con tesón, con ansia y con tino,
echando el destino sus cartas marcadas
y esperó que el amor en sabia jugada,
uniera dos sendas en un solo camino.
El tiempo ya pasa, crecieron los hijos,
como raudas palomas dejando sus jaulas,
los etéreos cielos, surcando se han ido
y al cabo del tiempo cuyas mieses doraba,
cultivando esperanzas hoy vuelven al nido.
Ya peinan sus sienes la antigua enseñanza,
que hoy en los nietos ,se plasma tan fértil,
es que los hijos que ayer educabais,
por fin los comprenden, no hay siembra estéril.
Hoy que juntos homenaje rendimos,
a Uds. los padres, robles del camino,
nosotros los frutos de 50 años vividos,
con un amor entre todos, a Uds. Venimos.
Reciban padres nuestros, salud y alegría,
por los años que vienen y la vida vivida.